
La gata Choupette heredará 150 millones de euros
La mascota ‘influencer’, que no se separó del diseñador desde 2011, será la principal heredera.
Quién dijo que el perro es el mejor amigo del hombre no conocía al excéntrico Karl Lagerfeld. El Káiser de la moda, fallecido ayer a los 85 años de edad en París, a parte de ser uno de los mayores iconos de la historia de la alta costura y el digno sucesor de Coco Chanel para su firma, se caracterizó por ser una persona hermética y con pocas manifestaciones de afecto, a excepción de las innumerables muestras de apego hacia la que consideraba el amor de su vida: su gata Choupette.
Tanto es así que el diseñador, que había indicado que quería ser incinerado sin celebrar una ceremonia y posteriormente depositado en la tumba en la que yacía su madre, habría especificado que, al morir Choupette, debería ser llevada para descansar junto a él el resto de la eternidad.
El felino llegó a la vida del alemán en el 2011 como regalo del que fuera su amante en aquel momento, el modelo Baptiste Giambiconi, de 29 años. Desde entonces se convirtió en su compañero de vida y de aventuras en el mundo de la moda y compartió con él sus excentricidades.
Según reveló el propio Lagerfeld años atrás, la gata tiene dos asistentes para satisfacer sus necesidades durante las 24 horas, que se encargan de cepillarla cuatro veces al día y de darle de comer, siempre sobre una mesa y con vajilla de plata. Además, como se ha podido saber recientemente, el magnate había comprado una casa para una de las cuidadoras, para que su gata nunca quedara descuidada tras su fallecimiento.
Además, según se sabe ya, será la principal heredera de la fortuna del que estuviera al mando de Chanel, con aproximadamente 150 millones de euros. Debido a que murió sin pareja ni hijos, el resto de benefactores es por ahora una incógnita, aunque se espera que sean algunas de las personas más cercanas a él, como su ahijado de 10 años, Hudson Kroening./La Vanguardia