Una de las maneras de sobrellevar la presente crisis económica fue la Ley de diferimientos de pagos de créditos, medida que buscó ayudar a los prestatarios, pero que, en cierta medida, podría afectar a las entidades bancarias.
La inestabilidad laboral y, hasta los despidos masivos, han cambiado la realidad económica de las personas. Muchas cambiaron de rubro o se independizaron, situación que no siempre garantiza un ingreso fijo mensual y que podría desembocar en un incumplimiento constante en el pago de cuotas al banco.
Por esta razón, algunos prestatarios optaron por acogerse al diferimiento automático, mientras que otros, de manera voluntaria, continúan pagando de manera regular, para no extender el plazo de sus créditos.
Ante la situación, Nelson Villalobos, secretario ejecutivo de Asoban explicó que “los prestatarios pueden acudir a sus entidades para analizar las opciones de pago posteriores al periodo de diferimiento”.
De igual manera, detalló que las Entidades de Intermediación Financiera (EIF), deben cumplir con el diferimiento automático de las cuotas por el tiempo establecido sin generan pagos extras, ni incrementos de la tasa de interés. Agregó que no habrá sanciones, penalizaciones por mora y menos cobros extras a los prestatarios.

Jorge Velasco, analista financiero explicó que los bancos no están recuperando un nivel importante de cuotas en capital e intereses y están dejando de prestar recursos. Asimismo remarcó que “se están generando ingresos, pero el dinero es solo contable porque no ingresará al banco hasta que termine el periodo de diferimiento (diciembre) y, si todo se maneja bajo los principios de la regulación vigente, a principios del próximo año, los clientes deberán cancelar las cuotas diferidas de capital e intereses”.
El impacto
La falta de pagos en efectivo podría generar una disminución en los flujos de recursos, con los cuales se permite brindar créditos a quienes lo soliciten. Villalobos señaló que, si bien, la gestión de las entidades les dio confiabilidad, este tipo de medidas limita su capacidad de continuar dinamizando el crédito y aportando al crecimiento económico de Bolivia.
Otra consecuencia, según él ejecutivo, es el deterioro de la cultura de pagos, “construida durante dos décadas, y que ahora, se ve mermada porque muchos prestatarios que pueden cumplir con el pago de sus obligaciones no lo hacen”.
Incremento de la mora
Sucederá en función de la situación de cada prestatario, también influirá el desempeño económico de su sector. Es decir, aquellos que hayan sido más golpeados por la crisis tendrán un aumento en la morosidad.
Al respecto, Velasco dijo que la situación podría complicarse para el 2021, porque “los créditos diferidos recién se empezaran a pagar en enero y, muchos prestatarios, podrán conocer su verdadera situación financiera.