Los incendios están causando la destrucción de miles de especies de flora y fauna, además de algunas viviendas.
El director del COED, Enrique Bruno, reportó hoy 30 de septiembre 42 incendios activos en la Chiquitanía. Lamentó que en municipios donde se había logrado mitigar completamente el fuego, hoy nuevamente se presenten incendios y esto se debe a que hay personas que continúan chaqueando.
Hasta las primeras horas de la mañana se registran 169 focos de quemas nuevos y existen 290 focos persistentes. Ayer se registró 355 focos y en lo que va del mes suman 11.705 focos de quema. La mayor concentración de focos de quema se encuentran en los municipios de: Concepción, San Miguel, San Antonio de Lomerío, San Ignacio y San Rafael. Estos focos se ubican principalmente sobre tierras de uso: Forestal, Áreas Naturales Protegidas y Agrosilvopastoril (según PLUS).
La mayor cantidad diaria en lo que va del mes, se registró el día 10 con 704 focos. La media histórica de septiembre es 6.416 focos de quema, sin embargo en año 2017 el mes de Septiembre superó los 10.930 focos de quema. Riegos de Incendio Forestales El 73% de Departamento presenta riesgo de ocurrencia de incendios forestales Extremo y 27% Bajo.
Este desastre, que conmociona profundamente al pueblo boliviano y la comunidad internacional en general, traerá sin duda un impacto en la economía de la región.
A decir del analista económico Luis Fernando García, aún no termina el desastre, y no se puede realizar una evaluación de cómo va a afectar al inventario turístico. Sin embargo considera que “el efecto en términos de números podría afectar desde una percepción de seguridad de las inversiones, avasallamiento, el control político y la perspectiva de desarrollo del Chapare como un nuevo enclave de dominio”, apuntó.
Esta situación, señaló García, indudablemente mantiene alejados a aquellos que consideran un riesgo invertir en el área, que miran al avasallamiento de tierras como inseguridad en el largo plazo, ya sea por que dicha inseguridad y atropello puede mermar el flujo de recursos, además de mayores demandas donde se aplican bloqueos y otras acciones sociales muy cercanas al mayor centro productivo, rendimientos esperados o por las pérdidas gestionadas por los incendios que ocasionan los nuevos propietarios, sostuvo el analista.
Habrá una pérdida forestal, menos madera, menor apoyo internacional, fragilidad ambiental, y otras consecuencias que aún no es posible analizar.