El mercado laboral no perdona. Exige y vaya que lo hace. Los mejores puestos o empleos –y los mejores ingresos- dependen de muchas variables, y como usted sabe, las variables van cambiando al ritmo de las exigencias y tendencias. Una de ellas es la capacitación después del bachillerato. La tendencia desde siempre –al menos eso recuerdo- fue que luego del ciclo secundario había que “convertirse en profesional”, o dicho de otra forma, asistir a una universidad y graduarse.
Aquellos que optaban por carreras terciarias o técnicas eran vistos como bichos raros, porque elegían oficios, cosas prácticas, quizás –decían los ignorantes- donde no hay que pensar mucho. Tremenda subestimación. Desde hace años, el mejor producto exportable de Bolivia son los técnicos en temas como mecánica, electricidad, informática, construcción, etc. Oficios que “van al grano”.
Muchos países del Primer Mundo se nutren de nuestras manos de obra calificadas, y vale la pena aclarar, numerosos de esos técnicos –subestimados en nuestro país- son prósperos empresarios en otros pagos. “Nadie es profeta en su tierra” decía Jesús. ¿Alguien se pelea en el resto del mundo por contratar ingenieros, licenciados, administradores, médicos, abogados y arquitectos bolivianos? La respuesta es NO. Aquí es la batalla por el conocimiento y los cartones. Tiene una explicación lógica. Guste o no, incomode o no, asistir a una universidad local y graduarse se ha vuelto muy fácil.
Las universidades –al bajar sus precios, modificar el sistema de cargas horarias y disminuir la presión educativa- han logrado que egresar como universitario sea un paso más luego del bachillerato. ¿Una muestra? Días atrás apareció una noticia en un matutino local que informaba que los universitarios escriben peor que años atrás. O sea ya venían mal… y ahora están más fregados. Insisto, la presión por “mejores egresados” no es la misma. Aumentó la cantidad de graduados y disminuyó la calidad educativa. ¿Por qué hago toda esta reflexión? Porque en los postgrados, diplomados y maestrías la cosa cambia drásticamente. Allí la exigencia es mayor.
Otra cosa que tiene lógica: Los profesores son mejor filtrados y pagados. Por lo general, profesionales con buena y/o mucha experiencia, no transmisores de información de libros. Por eso, si anda buscando actualización, ponerse en línea, contactarse con graduados parecidos a usted, nada mejor que subir un escalón más.
Los postgrados, diplomados, maestrías y especializaciones son la puerta cierta al mercado laboral actual –y Dios mediante- internacional. Son requisitos. Y depende de usted aplicar inteligentemente lo que aprendió marcando una diferencia frente a colegas que no hayan dado un paso hacia arriba en estas instancias educativas superiores. Aproveche esta oportunidad de actualizarse y destacarse. Puede ser la diferencia entre conseguir o no un empleo.