Las innovaciones financieras y sus nuevas tecnologías permiten además de economías de escala y alcance, mejorar el perfil social de las entidades de intermediación.
El 60% de las entidades financieras a escala mundial piensan en cambiar su plataforma tecnológica, su llamado core bancario, para acelerar la transformación digital.
La innovación digital bancaria dejó de ser una opción. Ahora, el cliente demanda un alto nivel de usabilidad de plataformas online en bancos que permitan realizar en pocos pasos transacciones, con sencillos filtros de reconocimiento del usuario y servicio inmediato en caso de inconvenientes.
La competencia acelerada de las startups más famosas en tecnología digital ha impulsado a los servicios bancarios a renovar su cartera de productos.
Adaptación
Walter Morales Carrasco, Analista e Investigador financiero, observa que uno de los efectos que está dejando la pandemia es que el proceso de globalización y dinámicas transaccionales se siguen profundizando. El distanciamiento físico ha dado paso al cambio de paradigma de fronteras por el de la virtualización. En esa línea, los procesos de avance tecnológico han permitido desarrollos exponenciales para mejorar, no solo la forma de interrelacionarnos, sino también la experiencia de compra.
Las innovaciones financieras y sus nuevas tecnologías permiten además de economías de escala y alcance, mejorar el perfil social de las entidades de intermediación, en aspectos como inclusión de segmentos de la población que antes no participaban, o al menos no tan activamente en el sistema de pagos, créditos o inversiones, satisfaciendo una gama de necesidades con favorables tiempos de respuesta. Es que el nivel de digitalización está relacionado con el de desarrollo económico, condicionando la evolución del sistema financiero. Esto conlleva una perspectiva multidimensional y de amplio espectro, puesto que llega a implicar incluso aspectos como la sustentabilidad. En tal sentido, teniendo mayores opciones y un suficiente acceso a la tecnología es posible incrementar las posibilidades de cerrar brechas para aliviar la pobreza.
Aunque también, indicó Morales, los procesos de innovación financiera pueden generar efectos negativos e incertidumbre, dado que se busca ampliar el abanico de productos y servicios, no solo con cambios de forma, sino también de fondo, requiere el acompañamiento de políticas públicas y normativa específica que ponen de relieve la capacidad de la labor regulatoria para acompañar e incentivar los avances, pero sin descuidar la minimización de riesgos.
Si bien, Bolivia tiene un rezago con relación a la mayoría de países de Latinoamérica, la adaptación y desarrollo realizados, son remarcables. Atendiendo a las modificaciones o ajustes en los hábitos y comportamiento del consumidor en aspectos como la disponibilidad de aplicaciones móviles y banca por internet, se vuelve crucial la sensibilidad de la gestión y un buen diálogo adaptativo organizacional entre las áreas de negocios y la de tecnologías de información.
Esa es la tendencia global en esta era digital de monedas virtuales, quizás la mayor innovación de la 4ta revolución industrial, con derivadas al comercio y la irrupción de gigantes tecnológicos en espacios de mercado, antes reservados solamente al área financiera.
Resulta claro en el norte estratégico de las organizaciones que los datos e información constituyen valiosos activos que, conjugados con su adecuada gestión, seguirán permitiendo hacernos la vida más fácil y más segura.
Por su lado, el analista económico y financiero, Jaime Dunn indicó que evidentemente la pandemia presionó a las empresas a innovar. Sin embargo, en el país la innovación financiera va más que por presentar nuevos productos y servicios, ha generado nuevos procesos. “Bolivia ha ido más por los procesos vinculado al tema tecnológico”, dijo.
En Bolivia la innovación más grande en cuanto a servicios y productos es la producción de microcréditos y la evolución de la banca Pymes, por tanto, existe un buen ranking en el proceso de vinculación al sistema financiero, tales como la banca digital, banca móvil, pagos en línea, pagos con códigos QR, entre otros.
En los últimos años, la generación de procesos digitalizados tuvo un impacto en la combinación de la innovación, y es que tiende a incentivar a los ahorros y a que haya una mayor participación de las personas en el banca y, eso hace que el sistema financiero se expanda y fortalezca.
En ese sentido, donde hay un celular hay una sucursal bancaria, porque con ese dispositivo se pueden realizar diversos tipos de operaciones y transacciones, toda vez que en otros tiempos, para realizar cualquier transacción se podía ejecutar únicamente asistiendo de forma física a una sucursal. Lo que quiere decir que, hasta en los lugares donde no se pensaba que podría llegar una sucursal de banco, si hay internet,se pueden aplicar las operaciones financieras.
Por otro lado, hay un impacto directo muy importante vinculado a la inclusión financiera, misma que busca reducir las fricciones de agencia y colectivas.
Las fricciones de agencia se refieren a la simetría de información que existe entre la gente, porque no saben cuántos bancos hay, no sabe cómo llegar a las entidades financieras desde las zonas rurales.
La fricción colectiva está más relacionada a la participación de la gente, cuando no pueden llegar a una oficina, y no tienen conocimiento de cómo utilizar los servicios que ofrece una entidad financiera.
Según un estudio reciente el 75% de la gente no utiliza ningún tipo de producto financiero y solo el 35% utiliza servicios bancarizados.
Uno de los motivos puede ser que el 85% de la fuerza laboral es informal, eso hace que la gente no utilice los servicios financieros por temor a ser descubiertos en sus actividades de informalidad, dijo Dunn.