La calificadora de riesgo Moody’s Investors Service mantiene la calificación de Bolivia de Ba3 con perspectiva estable que conserva desde 2012 a pesar de un contexto internacional adverso y de la disminución de precios de materias primas.
Moody’s considera que el efecto adverso de los recientes eventos políticos podrían significar una potencial erosión de los amortiguadores de reservas fiscales y de divisas. No obstante, la autoridad económica hizo notar a la calificadora que la incertidumbre política tuvo un efecto temporal y coyuntural que finalizó el 24 de noviembre de 2019 con la promulgación de la “Ley de Régimen excepcional y transitorio para la realización de Elecciones Generales” y la convocatoria para la selección de los nuevos miembros del Tribunal Supremo Electoral y Departamentales, encaminando a la población boliviana a decidir democráticamente a través de las urnas, sin violencia, ni conflictos sociales, el rumbo que seguirá la política del país.
Asimismo, es importante señalar que el último reporte de calificación de Moody’s de octubre de 2018 reconocía que el perfil crediticio de Bolivia (estable Ba3) estaba respaldado por un gran espacio de reservas y políticas externas que, aunque disminuyeron lentamente, permitieron a las autoridades suavizar el impacto de la fuerte caída de los precios del petróleo, y que los amortiguadores externos y el crecimiento económico seguían siendo fuertes y superiores a los de sus pares con calificaciones similares. También destacaba la modesta carga de la deuda del país y la alta capacidad de pago del servicio de la deuda, indicando que la vulnerabilidad externa baja de Bolivia reflejaba un riesgo limitado en la deuda externa y un amortiguador de reservas adecuado.
La situación económica actual del país continúa reflejando el escenario descrito anteriormente dado que el nivel de reservas, a pesar de su disminución, aún cubre ampliamente las importaciones y el servicio de deuda externa. Además, Bolivia mantiene un perfil favorable de deuda que incluye necesidades modestas de servicio de deuda a corto plazo cubiertas por amortiguadores, una deuda prudente con respecto al PIB y una inflación moderada, aspectos que respaldan su calificación de riesgo vigente, la cual mantiene desde 2012 a pesar de un contexto internacional adverso, de la disminución de precios de materias primas y de los eventos políticos ocurridos.
Adicionalmente, se espera que la estabilidad política actualmente restaurada esté acompañada de un mejor desempeño económico en todos los sectores, con un crecimiento significativo durante el último trimestre del sector agropecuario, junto a una recuperación del sector hidrocarburífero. Así también, se espera una corrección de los desequilibrios en la cuenta corriente, debido a la liberación de exportaciones no tradicionales, mejorando la balanza comercial y fortaleciendo el nivel de reservas internacionales.
En ese sentido, considerando los elementos desarrollados, se prevé que la evaluación de la calificadora de riesgo Moody’s, luego de la revisión anunciada de tres meses o más en función a la definición de la agenda política del siguiente gobierno, tendrá un resultado favorable para el país./MEFP