Siempre he creído que podemos aprender cosas de las fuentes más diversas, extrañas e inverosímiles. Y pensé, ¿qué tipo de lecciones de oratoria podríamos aprender del genial Cantinflas? El mencionado fue uno de los cómicos más icónicos de la cultura latinoamericana, el cual considero un excelente y simpático referente para rescatar algunos consejos y técnicas de oratoria, especialmente para comunicarse de manera efectiva, conectar con el público y utilizar el humor de manera estratégica. ¡A lo que te truje, chencha!
- Hablar como la gente común
y corriente:
Cantinflas tenía la habilidad de hablar como si estuviera echando la charla con los vecinos del barrio. Nada de palabras raras que nadie entiende. De esta forma nos enseña que, si quieres que te escuchen, háblales en su idioma. Nada de hablar como un abogado que está explicando un decreto, sino como un amigo que nos cuenta un chisme con total confianza. - El ritmo y la pausa,
sáquele jugo al silencio:
Si algo sabía hacer Cantinflas era hablar rápido como si se fuera a acabar el mundo y luego… ¡pum!, quedarse callado en el momento justo para que la gente pensara: “¿Y ahora qué va a decir?”. En oratoria, ese truco es oro puro, porque así mantienes a todos colgados o pendientes de tus próximas palabras, como si estuvieran viendo el último capítulo de una novela. - Humor como para
desactivar bombas:
Cantinflas tenía una habilidad tremenda para convertir cualquier crítica o tema espinoso en un chiste. Así, en lugar de enojar a la gente, les sacaba una sonrisa. ¡Esa es la verdadera magia del humor! Dicen los expertos en el arte del teatro, que si durante una actuación te tiran un tomate, tú haces salsa con él y se la colocas a tu plato de fideos. - Mareando la perdiz o
cómo hablar sin decir nada:
Vamos a ser francos, Cantinflas era el rey de hablar mucho y decir poco, pero de una forma tan graciosa que nadie se daba cuenta. Es como si te hiciera un truco de magia con las palabras y al final todos quedaban confundidos pero entretenidos. A veces en la oratoria también hay que saber bailar para no pisar los callos de nadie. Muchos políticos son especialistas en esta técnica. ¿O estoy equivocado? - El arte de los gestos y
movimientos locos:
Cuando Cantinflas hablaba, sus manos, sus cejas y hasta sus bigotes también hablaban. ¡Era como si todo su cuerpo estuviera de acuerdo con lo que decía! Este maestro del movimiento nos enseña que a veces, una buena cara de sorpresa o un movimiento dramático valen más que mil palabras. - Contar cuentos que no
parecen cuentos:
Cantinflas era el narrador de historias más simpático que puedas imaginar. Siempre tenía una anécdota lista para sacar risas o para meter una reflexión disfrazada de chiste. ¡Y ahí está la clave! En la oratoria, contar historias es como echarle salsa a un taco: lo hace más sabroso y nadie se resiste a una buena mordida. - Haz que tu discurso, relato
o narración tenga más
vueltas que una montaña rusa:
Una de las mejores tácticas de Cantinflas era sorprender a su audiencia con giros inesperados en sus argumentos. Cuando todos pensaban que iba a decir algo serio, ¡Zas!, les cambiaba el rumbo con una broma. En oratoria, tener esa habilidad para sorprender a tu público es clave para mantenerlos enganchados y esperando siempre más.
Finalmente, estas lecciones de Cantinflas no solo se aplican a la comedia, sino que también son estrategias fundamentales para cualquier persona que quiera mejorar sus habilidades de oratoria, ya sea en presentaciones profesionales, discursos o conversaciones cotidianas. Lo digo por una cuestión de experiencia. Cuando reflexiono acerca de qué sesiones de capacitación masiva (sean cursos, seminarios, talleres o ponencias en eventos o congresos), como speaker o disertante, causaron mayor impacto y/o recordación en la audiencia, ocurrieron cuando de una forma u otra, incorporé algunos flashes de humor a través de historias o anécdotas personales. Obviamente, de ahí a vestirme como Cantinflas y subir a un escenario a exponer un tema, hay un mundo de distancia. Pero con tanta lata que hay actualmente sobre Marketing Personal, lo que incluye buscar y desarrollar una diferencia frente a mis competidores, capaz un día me animo.